sábado, 31 de marzo de 2012

ROGUE RIVER (JOURDAN McCLURE; USA, 2012)



"Rogue River se centra en una joven llamada Mara que para lidiar con la reciente pérdida de su padre, realiza un viaje en solitario al río de Oregon. Allí se encontrará con Jon Wall, un afable campesino que llora la pérdida de su hija. En la cabaña de Jon en medio del bosque, su esposa Lea cautiva rápidamente a Mara y encuentran consuelo compartiendo sus penas, pero no todo es como parece en el pintoresco lugar. El mundo de Mara no tardará en convertirse en una horrenda pesadilla y en una lucha por la supervivencia en el oscuro y violento mundo de Jon y Lea. Una pesadilla que se despliega de manera terrible en un crescendo que arrastrará a Mara hasta los lugares más retorcidos de la psique humana.(FILMAFFINITY)"

Desde luego que el tema de familias perturbadas en el cine de terror anda ya demasiado manido, y difícil o casi imposible es sorprender en tan trillado género... y es que la estela de LA MATANZA DE TEXAS y similares es muy larga y llega un momento que, puesto que el guión en este tipo de películas no puede dar más de sí, la única opción es endurecer hasta el límite de lo impensable sus imágenes y situaciones.
Es ya casi obsesivo en el cine de terror extremo independiente de la última década el uso excesivo de la violencia para intentar lograr en el espectador la tan ansiada y difícil sensación de catarsis que este tipo de cine produce. Ahora bien, la idea no es nueva y películas duras en su día como LAS COLINAS TIENEN OJOS, LA ÚLTIMA CASA A LA IZQUIERDA, HENRY RETRATO DE UN ASESINO, o la ya mentada LA MATANZA DE TEXAS ya tuvieron su momento de gloria y crearon escuela... y tan estirado está ya el tema que hasta incluso salen los respectivos remakes de los grandes clásicos.

¿Es interesante o no ROGUE RIVER?... pues básicamente sólo si eres un fanático del género, porque salvando alguna que otra incómoda escena, la cinta es rizar el rizo y vuelta a lo de siempre. Yo tengo que reconocer que la he disfrutado un montón viéndola a las tantas de la madrugada y con la mente puesta en el piloto automático... tú mismo.


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